martes, 20 de enero de 2015

Betty Draper, Bob Kennedy y Alberto Nisman


Mad Men es una serie que muestra la vida de una agencia de publicidad norteamericana en los años 60. Lejos del otro ícono de las series televisivas actuales, Breaking Bad, Mad Men no es pródiga en violencia, muertes y delitos. Por el contrario, es una serie que va lento y muy preocupada en la estética, en la caracterización de los personajes, en los colores, la ropa y los escenarios.

El argumento de la serie está muy vinculada con los hechos políticos y sociales que rodean a la década de los sesenta y se topa en un par de capitulo con la muerte de JFK primero y de Harvey Lee Oswald después. Hay una escena que me quedó muy grabada.

Betty Draper, la hermosa esposa del protagonista, está mirando distraídamente la TV. En el aparato aparecía  Robert  Kennedy (hermano de JFK) dando un discurso en una campaña electoral en la que se perfilaba ganador. Bobby era uno de los principales referentes en las luchas por los derechos civiles (curiosamente había sido fiscal y murió por el disparo de una 22).

La escena transcurre con Betty mirando la TV justo en el momento en que un pistolero aparece en el acto de Kennedy, y como a su hermano mayor, lo asesina. Esta vez, en plena TV y ante los ojos de millones de norteamericanos.

De repente, Betty observa la imagen, escucha el tiro y los gritos. Se tapa la cara con ambas manos, incrédula de lo que veía. Unos segundos después grita algo así como “qué carajo está pasando!!!” Betty estaba diciendo “este tipo de cosas no es normal en mi país”. Primero JFK, después Oswald, Luther King y ahora Bob Kennedy. Era una mezcla de rabia, impotencia, decepción y sorpresa.

No sé por qué esa escena me pareció tan lograda, tan natural y me fije tanto en ella. Quizás porque reflejaba tan logradamente la incertidumbre y el temor ante un situación que parecía salirse de sus carriles normales.

La mañana de hoy prendí el teléfono como todas las mañanas. Vi con sorpresa que estaba saturado de whatsaaps, mensajes de Facebook y llamadas sin atender. El primero que abrí al azar es de un amigo chileno que me decía “Argentina se está mejicanizando y Chile se está argentinizando”.  Supuse algún tiroteo, algunos muertos en el conurbano o en Rosario, otro escándalo de los nuestros de cada día.

Cuando abrí la Web de Clarín me sentí como Betty Draper. Solo atine a decir “mataron a Nisman” y lo repetí en voz más alta aun “mataron a Nisman”. Leí que Nisman apareció muerto y me salió “lo mataron”. Como Betty, la sorpresa, la incredulidad y la bronca me ganaron. Era la misma escena.

A diferencia de Betty no puedo decir que en mi país estas cosas no pasaban. 

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