jueves, 20 de mayo de 2010

Falta demanda social por la integración

En la práctica, el parlamento del MERCOSUR (Parlasur) no existe. Sus miembros no son elegidos en forma directa por los ciudadanos y su conformación tampoco respeta las proporcionalidades existentes entre las poblaciones de los países del bloque. Estas son dos características básicas que todo parlamento debiera cumplir para definirse como tal.

El Parlasur no posee potestades de ningún tipo. Sólo tiene permitido elaborar un informe anual sobre los Derechos Humanos en la región, que encima, cuenta con los obstáculos que pone Venezuela para su realización. Por eso, apenas produce declaraciones de beneplácito y/o repudio sin impacto en la realidad cotidiana.

Además, no se observa ninguna voluntad de los poderes ejecutivos nacionales de entregar, aunque sea, mínimas atribuciones para dotarlo de alguna fortaleza legislativa. Los partidos y sus principales figuras –oficialistas u opositores- no lo consideran un ámbito desde donde maximizar sus capitales políticos. Por el contrario, es percibido como una potencial amenaza que –de consolidarse- pondría incómodos limites a la soberanía de los Estados aun empeñados en aplicar políticas proteccionistas o, en el caso de Brasil, en continuar su camino ascendente en forma individual.

No obstante, este panorama pesimista podría cambiar. Los gobiernos decidieron que entre el 2011 y el 2012 se realicen elecciones directas para elegir a los diputados del Parlasur. Esto podría desatar dinámicas no esperadas cuando estas elecciones comiencen a convertirse en termómetros de la política interna. Posiblemente, a partir de esto, el Parlasur comience a cobrar una relevancia no prevista por los gobiernos de turno. No sería la primera vez que los políticos crean que pueden fundar instituciones que a ellos no los van a condicionar.

Sin embargo, para garantizar que el Parlasur se convierta en un efectivo ámbito de representación es necesario además que la sociedad civil y sus organizaciones lo visualicen como tal. El Parlasur, como el MERCOSUR también, necesita que se movilicen demandas sociales a favor de la integración así como abundan reclamos en sentido contrario. Sólo de este modo, el Parlasur podría transformarse en un verdadero poder regional.

(publicado en El Estadista 20/05/2010)

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