En el último numero de Puente Democrático (Dialogo Latino-Cubano) Manuel Cuesta Morúa deja planteada una pregunta interesante para debatir: ¿Por qué la izquierda democrática apoyó (y, aun hoy, algunos sectores lo siguen haciendo) al gobierno cubano a pesar de sus políticas contrarias a la democracia y las constantes violaciones a los derechos humanos?
A continuación voy a desarrollar y sugerir algunas posibilidades e hipótesis que puedan aportar a seguir ampliando el debate propuesto por Cuesta Morúa, y que resulta clave para los tiempos que se viven (y seguramente que se vivirán) en torno a una futura transición política en la isla más famosa del Caribe. Las dividiré en tres grupos.
1- La acción internacional del gobierno cubano
El castrismo supo aprovechar a su favor el contexto bipolar que regía
durante la guerra fría. Así, mostró una flexibilidad para moverse en el
escenario internacional que no tuvo dentro del país y que le permitió ir
cambiando de discursos y aliados según cada coyuntura, aunque en
realidad, su lugar seguía siendo siempre el mismo. Por ejemplo, en
ocasiones aparentó (y también tuvo), estrategias diferentes a las de la
Unión Soviética aunque nunca dejó de ser un país satélite de la entonces
superpotencia socialista [para seguir leyendo hacer click]
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